Uno de los procesos básicos en la gestión de las personas en una organización, ya sea pública. Privada, grande o pequeña, es contar con un sistema de retribución. Es decir, tener definido el modo en el que pagamos a nuestros empleados. Este proceso es crítico por que interviene en diferentes aspectos que pueden favorecer o perjudicar nuestra gestión:
- Motivación y satisfacción de nuestros empleados
- Retención del talento
- Equilibrio en la cuenta de resultados
- Crecimiento y viabilidad de la empresa
Tener un sistema de retribución consiste, básicamente, en tener criterio a la hora de establecer salarios. Es decir, es lo contrario a actuar estableciendo salarios sobre la marcha conforme vamos contratando o tenemos pequeñas crisis de fugas de talento que nos obligan a negociaciones de urgencia para evitar posibles marchas.
Un buen sistema debe definir:
- Cuánto podemos pagar: Cuáles son los limites de nuestra masa salarial que vienen marcados por la marcha del negocio. Es importante conocer nuestra productividad y ligarla al salario
- Cómo queremos pagar: hay tres opciones salario fijo, variable y en especie
- A quién queremos pagar más o menos: Tenemos que tener en cuenta qué puestos tienen más valor para nuestro negocio y qué personas, pero siempre siguiendo ese orden primero definimos salario del puesto y después salario de la persona que ocupa el puesto
- En base a qué criterios debemos pagar. Tenemos que definir criterios estratégicos según cada negocio; ¿pagar más o menos que la competencia?¿Apuesta por unos departamentos o puestos? Etc.
En definitiva fijar un sistema retributivo significa anticiparnos, significa ser transparentes con los empleados y decirles por qué pagamos lo que pagamos y que expectativas pueden crearse, significa tener una estrategia a largo plazo y ser coherentes entre lo que pagamos y lo que queremos que sea nuestra empresa.
Para acabar os dejamos algunos pasos que habría que seguir para definir la parte de salario fijo del sistema retributivo:
- Definición de puestos de trabajo.
- Valoración de puestos de trabajo. Se hace a partir de unos criterios que define la empresa (a qué damos más valor, qué es más importante en cada organización). Aquí obtenemos la equidad interna.
- Estudio de mercado. Comprobar cuánto y cómo pagan empresas de nuestro entorno. Cómo paga nuestra competencia en el mercado laboral. De aquí obtenemos la equidad externa.
- Definición de bandas: máximos y mínimos para cada puesto teniendo en cuenta los puntos 2 y 3.
- Definición de criterios de evaluación individual.
- Comunicación a toda la plantilla.
Ni que decir tiene que en todo este proceso hay que contemplar y estudiar todas las limitaciones y posibilidades que nos ofrecen nuestro entorno legal (convenio colectivo). Asimismo debemos seguir una regla de prudencia por que las decisiones que tomamos respecto a los salarios son muy difíciles de revertir y son por tanto para toda la vida.